miércoles, octubre 22

Pena o Vergüenza



Andamos todos un tanto cabreados con todo lo que suene a política/o ya se refiera a la profesión o a los/as individuos -que en "esta profesión" no existen problemas con los géneros- que se supone la ejercen de pleno derecho, como antaño se heredaban títulos y tierras, sin tan siquiera detenerse a pensar -que ya sería mucho esperar- cuanta responsabilidad atañe a esa labor. Es mas, ni tan siquiera creo que estos sepan de que va eso de la política y saber diferenciarla de la gestión, después de la campaña sean cual fueren los resultados obtenidos, con gobierno o en oposición, olvidando "sin pasarse" la campaña, las promesas -que olvidan con tanta premura en cualquiera de los casos- para dedicarse exclusivamente a trabajar por esos que han depositado en ellos su confianza, sus esperanzas e incluso, algún que otro inocente, sus sueños... a través del voto y nadie como ellos, saben transformar en pesadillas.

Quizás estos profesionales de la venta y sus expertos en la publicidad, información-desinformación, "telegenia" y manejo de masas debieren plantearse de una puñetera vez que los españolitos estamos un tanto cansados de tanta verborrea altisonante, discursos vacíos y puestas en escena de cara a la galería para luego tomarse sus cafés y comilonas hasta para celebrar su navidad sin problemas. Cansados de tener que soportar tanto despilfarro sin poder hacer otra cosa que esperar cuatro años entre pesadilla y pesadilla. Cansados de tener que comprobar como campaña tras campaña, vencedores y vencidos, olvidan sus programas para hacer cuanto realmente conviene a sus partidos para si mismos, peloteándose entre ellos para lograr ascender en puestos para las próximas listas, soñando con los beneficios del cargo, sueldos y prebendas -S. la R.A.E. Oficio, empleo o ministerio lucrativo y poco trabajoso-.

...Mientras estos se permiten el lujo de ausentarse de su puesto de trabajo -véase imágenes del Congreso durante estas últimas sesiones- otros tantos seguimos esperando que hagan lo que deben y hagan realidad cuanto nos garantiza la Constitución, por derecho y, sobre todo, cansados de cumplir con todas y cada una de nuestras ciudadanas obligaciones... que nunca se sabe lo que un padre desesperado es capaz de hacer por sus hijos, por su casa y por intentar mantenerse de pié con la cabeza alta, sin exigir nada a lo que no tenga derecho...




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