lunes, septiembre 1

Y ahora que

Se acabo la excusa del turista exigente para quejarse de los inútiles de la administración local, los unos políticos y los otros, funcionarios y técnicos de lo suyo. Se acabaron los días de famoseos, comentarios fáciles y críticas ácidas, a veces llevadas de la mano de la envidia que de otra disfrazada. Se acabaron los días de playa, las guiris cachondas, el gasto extra en profilácticos (que así dicho quea mas fino) y rondar hasta las tantas para tomar la penúltima copa. Se acabaron las vacaciones para los que tienen la suerte de trabajar, aunque lo hagan solo por el sueldo, sin pasión, sin ganas, sin consciencia de la suerte que tienen.

Ahora retomemos el pulso real de este nuestro pueblo y volvamos a las miradas esquivas por la calle larga, a la queja fácil de todo cuanto vemos mal limitándonos a la queja, a la crítica, a la burla e incluso el escarnio, sacando de su descanso a cuantos difuntos se nos ocurran para regarlos de lindezas y maldiciones. Ahora nos veremos de nuevo las caras y volveremos a quedarnos solos, como un matrimonio de conveniencia, enfrascados en su silencio incomodo pero necesario para evitar daños irreparables. Ahora, vecinos, foráneos y supervivientes todos, nos hemos quedado a solas con nuestras calles, con nuestras obras, con nuestras penas y alegrías, con los amigos de siempre y las mismas caras que nos cruzamos todos los días, en los mismos rincones, inconscientemente, incluso, pasando lista de aquellos que han dejado de cruzarse en camino del curro, de "La Pastora" o tomándonos una cañita en la "Skol".

Así que a ponerse las pilas, a pensar en las Navidades y, cuando menos lo esperemos, la estridencia de las casetas de feria nos devolverá otra primavera gloriosa abriéndonos de par en par las puertas de un nuevo verano y... vuelta a comenzar!

 A disfrutar, que son dos días y lo que no disfrutes ahora, jamas lo disfrutarás...!

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